MARTA VENERABLE

Síntesis de la “Positio” propuesta para la postulación a la beatificación de Marta Robin

Las conclusiones generales del Proceso hasta el día de hoy: “No es ni por los estigmas, ni por la ausencia de alimentos que el Papa Francisco ha declarado a Marta Robin “venerable” en 2014. Es por la manera como vivió una auténtica vida cristiana en don profundo a Dios en las condiciones particularmente difíciles que han sido las suyas. En efecto, la vida espiritual de Marta Robin, las etapas del desarrollo de sus virtudes han tenido lugar no al lado de su enfermedad, sino en el seno mismo de aquella. Asumió su vida a pesar de todas sus limitaciones y llegó a ser un instrumento eficaz en las manos de Dios, sin dejar su lecho de enferma.

La irradiación de su vida y los frutos tangibles de su obra muestran que Dios aceptó su ofrenda (que a Dios le agradó…). A partir de una vida quebrantada, ella no paró de transmitir el amor, la esperanza, la alegría a aquellos que iban donde ella. Permaneció sencilla, llena de humor, de buen sentido y arraigada en lo esencial: dar el amor a todos los que la venían a ver y permitirles encontrar a Dios, un Dios cercano y amoroso (amante) en su propia vida.

Esta mujer es un modelo cercano para nosotros: uno no escoge sus pruebas pero, tomando conciencia que Dios las vive con nosotros, al lado nuestro, podemos elegir la manera de vivirles, para irradiar. El mensaje esencial de Marta Robin, es que la unión a Dios que es la santidad, es posible en todas las situaciones de vida; hasta las más pesadas y difíciles.

Marta Robin puede inspirar a los hombres y a las mujeres de hoy, por su ejemplo de vida cristiana, su vida interior, su experiencia de la ternura de Dios como padre, su amor a la Virgen María, su fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia, su sentido del futuro de la Iglesia y su visión positiva del mundo.

Ella vivió la perfección cristiana a su manera, sencilla, humilde y alegre.

Tres características de su camino de santidad han sido particularmente destacadas:

* 22-1-1930: “Después de años angustias, de profundos desgarros, después de muchas pruebas físicas y morales, me atreví y escogí a Cristo Jesús”.

Un santo o un bienaventurado es un fiel que ha vivido las virtudes cristianas de manera heroica, es decir mejor que el promedio de los fieles, y que la Iglesia local decide de presentar como modelo, porque constata que los fieles se reconocen es este modelo.

Una vida extraordinaria en lo ordinario: Nacida en 1902 Châteauneuf de Galaure, un pueblito al sur de Lyon en una familia de modestos agricultores. Marta Robin fue afectada a los 16 años de edad de una enfermedad paralizante progresiva. De los 18 años hasta su muerte (79 años) en 1981 quedará postrada en su cama. Pero es en el corazón de su sufrimiento que hace la experiencia del amor y de la bondad de Dios, de gracias místicas intensas. La irradiación de su vida atrajo a centenares de miles de visitadores de toda clase y origen. Ella les escucha, les aconseja, les reconforta y ora por ellos. A los 31 años recibe de Cristo la petición de crear una nueva Obra: Los Foyers de Charité, que participarán de la renovación de la Iglesia en el espíritu del Vaticano II, promoviendo la misión de los laicos, con la ayuda de un padre espiritual, el padre Finet.

Hoy hay más de 76 Foyers en el mundo, en 40 países. Reúnen a sacerdote, laicos célibes y matrimonios. Su misión principal es la oración y la acogida para los retiros espirituales (Retiros fundamentales y otros).

Cada año miles de personas visitan su casa. En el mundo entero numerosos son los que han encontrado en el ejemplo de su vida un modelo de fe y esperanza”.

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